La Ventaja de quien Crea las Normas - El bien, ¿siempre gana?

Author
Za'el y Arien - Español
Published
August 19, 2023

La Ventaja de quien Crea las Normas - El bien, ¿siempre gana?

Za´el: Te mando un gran saludo. Gracias por entrar a escucharme. Un placer tenerte aquí.

Hoy me gustaría hablar sobre un problema que, desde mi perspectiva, es bastante serio y causa gran sufrimiento a muchas personas que, llenas de esperanza, piensan que los abusos hacia ellas terminarán simplemente porque el universo te devuelve lo que das. Para mí, este es un concepto muy erróneo, muy Nueva Era o New Age, y que mantiene a las personas en una mentalidad de perrito dócil que aguanta todo lo que le venga, por duro, cruel, abusivo o descarado que sea.

Se dice que si eres capaz de ver o percibir atributos positivos o negativos en otra persona o grupo de personas es porque en algún lugar dentro de ti existe también ese atributo o conjunto de atributos. Si ves en alguien una gran bondad que profundamente admiras, es porque en ti también existe esa gran bondad. Si eres capaz de ver en alguien lo más oscuro y malintencionado, también es, en cierto modo, porque tú mismo tienes esa oscuridad en ti. Recomiendo ver el vídeo de este canal sobre la luz y la oscuridad.

Pero que seas capaz de ver esas virtudes o defectos en los demás no implica que esas cosas definan tus acciones o cómo quieres ser tú con los demás en este mundo. Simplemente están ahí y definen a ese ser expandido que tú realmente eres y que engloba todo.

Desde planos más elevados, ese bien y ese mal cobran otro significados, aunque ya sabes que soy un gran defensor de que lo que realmente importa son tus valores y principios ahora, siendo quien eres hoy y actuando de manera coherente y congruente con dichos valores y ética. Tú, englobando todo eso que eres capaz de reconocer en otras personas, eres quien decide en quién quieres convertirte, qué y quién quieres ser.

Como dijo John Ederson y la pequeña Sophia aquí también: “Es más virtuoso ser un monstruo y mantener eso en jaque que ser un lindo conejito que solo sabe ser comido".

Ahora, habiendo comprendido esto, lo traigo a colación porque a veces también tendemos a querer creer que las personas no son tan malas. Si esto lo unimos al concepto, que por supuesto es cierto, de que el bien y el mal son relativos, y que esas personas no creen estar siendo regresivas, impositivas y abusivas, y al concepto de que todos son perspectivas, y así es, tenemos una situación extremadamente conveniente y perfecta para que, al final, sean las personas con mayor actitud autoritaria y agresiva quienes controlarán o limitarán siempre la percepción, las acciones y las circunstancias de las personas más amables, respetuosas y humildes.

Como la reina Alenym primera de Temmer dijo una vez: "Aquellos con una mayor agresividad total acaban imponiendo sus reglas sobre los más pacíficos".

Mi teoría, o una de ellas, en cuanto a una de las principales razones más profundas por las que nos negamos a ver el mal en otras personas, aparte del evidente deseo de no vivir una experiencia incómoda o traumática, como anteriormente dije, es que no queremos admitir que ese mal existe en nosotros también, incluso aunque decidamos actuar de forma noble en nuestro día a día, porque asumir que existe esa maldad en nuestra realidad implicaría también reconocer que esa realidad existe precisamente porque nosotros mismos la manifestamos y lo que somos, manifestamos.

Imaginemos que estás jugando conmigo a un juego de mesa, el que te apetezca. Resulta que tú tienes una serie de normas y limitaciones que aplican a tu ficha o equipo de fichas, a tus cartas o a lo que quieras imaginarte.

Empiezas a avanzar por el tablero, pero estás limitado a moverte cuando llega tu turno al número que tus dados indiquen y a los eventos relacionados a las casillas en las que te mueves. Algunas normas te devuelven a la casilla de salida. Algunas normas eliminan tus fichas y tus recursos para siempre hasta que termine la partida. Algunas normas te impiden avanzar hasta que cumplas ciertos requisitos.

Sin embargo, mientras tú avanzas como puedes siendo fiel a esas normas y haciendo las cosas bien, observas cómo yo muevo mis fichas cuando me apetece. Ves cómo caigo en ciertas casillas con las que debería reaccionar de cierta forma y no lo hago. Ves cómo llego a tu ficha, la piso y la elimino, incluso aunque las normas del juego indicaban que no podía hacer eso. Es decir, las normas, lo que es real y lo que no, quién juega y quién no juega, y el significado de los eventos, absolutamente todo esto lo dicto yo.

¿Es justo? Quién va a ganar siempre la partida? La respuesta es simple: ganará siempre esa persona que la controla. O solamente ganarán aquellos que esa persona decida que ganen.

Ahora, reemplaza la palabra "normas" y la palabra "limitaciones" por las palabras "ética", "moral", "empatía" o incluso "código de honor" en su lugar. Escucha de nuevo desde que iniciamos el juego de mesa y comprenderás el mensaje que quiero transmitirte.

¿Significa esto que debemos renunciar a nuestra ética, nuestra moral, nuestra empatía o nuestro código de honor? Yo no soy quien para decirte ni mucho menos imponerte cómo proceder o en quién vas a convertirte, pero sí que puedo decirte mi perspectiva, mi forma de vivir. No creo que la respuesta sea nunca renunciar a tus valores y a tu código de honor, porque eso sería renunciar a ti mismo. Para mí, es un camino directo a perderte a ti, a perder tu alma, tu conexión.

Sin embargo, eso no significa que debamos quedarnos quietos y callados cuando observamos una injusticia o un abuso de cualquier tipo, sean cuales sean las razones que la persona que abusa aporte como argumento. Según yo lo veo, es fácil utilizar el argumento de que todos son perspectivas o el argumento de que todo es por el bien de alguien o por el tuyo propio como fácil herramienta de control mental y manipulación de la percepción y las circunstancias de aquellas personas que tienen la llave para acabar con el juego macabro que la parte abusadora disfruta jugando sin reglas ni limitaciones y a costa del sufrimiento de otros. Un ejemplo claro de esto lo tienes allí contigo y lo llamamos Cabal controlador de la Tierra. Aunque estoy seguro de que podrás aplicarlo a tu vida cotidiana.

Me temo que no estoy seguro de que el bien siempre gane desde nuestra perspectiva, sobre todo si solo se toma una fuente de información como la portadora de la verdad. Sin embargo, como dije en el vídeo anterior, la verdad sale a la luz por sí sola siempre que estés dispuesto a encontrarla, porque una actitud regresiva, por mucho que se oculte tras una máscara de luz supuestamente bien intencionada, acaba dando fuertes pistas de lo que hay detrás siempre que estés preparado para verlo.

Debes estar abierto a escuchar y entender todas las partes posibles que engloban a aquello que deseas descubrir y estar dispuesto a encontrarte con lo que sea e integrar que eso está ahí y no tiene por qué definirte ni significa que tú hayas hecho nada mal.

Actúa desde la nobleza, desde la empatía y desde tu código de honor. Nunca pierdas eso y potencia la mejor versión de ti siempre que tengas la oportunidad de hacerlo, pero no pongas la otra mejilla. No dejes que te hagan daño a voluntad, ni dejes que controlen tu destino y tus circunstancias, ni las de aquellos que te importan de verdad, bajo la premisa de que es por un bien mayor o porque es culpa tuya.

Todo ocurre por algo, sí. Y nosotros creamos nuestra historia, sí. Pero tú y solo tú decides cómo acabará dicha historia y qué camino elegirás tomar. Recuerda no ignorar a tu corazón, que aunque a veces se niegue a ver la maldad, a menudo sabe que está ahí. Sin embargo, brillará siempre que pueda y sabrá avanzar inteligentemente, evitando y exponiendo a la oscuridad.

Ánimo, es una gran prueba, superala. No sé si el bien siempre gana, pero puedes ganar.

Me despediré con una frase que dejé caer hace algunos videos: “Tiendo a pensar que el control mental no necesariamente existe solo en la Tierra."

Nos vemos pronto,

Za'el de Erra

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